Fantástico hotel, buena combinación al centro en tranvía. Buen desayuno y restaurante.
Lo mejor la terraza para cenar o desayunar, tranquila y bien atendida.
Personal amable y cordial.
Para repetir.
Y el Jefe de Restaurante un autentico caballero, amable, atento, y muy hablador. De agradecer.
Ah, y el bar abierto toda la noche, tranquilo y relajante.