Nos gustó desde el primer día de nuestra llegada el año 2017 su construcción, su decoración... todo es moderno, actual, nada pesado con terciopelos y cornucopias. Es limpio, camas buenas, almohadas, baño, terraza, silencioso. Además en su restaurante los platos son generosos y sabrosos. Nos han atendido siempre con amabilidad y conocimos a la entrada a Estela, que habla español, y continúa en el hotel. Nos hemos alegrado mucho de verla de nuevo. También el gerente ha sido muy cordial. volveremos a este hotel cada vez que vengamos a Arenas.