Este hotel tiene una situación inmejorable. Ya está. A 100 metros del Duomo, a 100 metros de la Accademia (David de Miguel Angel), y también muy cerca de un pequeño supermercado y un Fast Food. No sé como serán las habitaciones grandes, la mia era individual. Un poco estrecha, la televisión no estaba bien sintonizada y la mitad de los canales no se oían bien (justo uno de ellos TVE). En el baño no dejaron champú todos los días (pensemos en un leve descuido) aunque todos los días cambiaban todas las toallas, eso si, y se notaba. También tenían en el armario una segunda almohada, y un pequeño frigorifico que no enfriaba mal. La cama, por cierto, era muy cómoda. El aire acondicionado funcionaba bastante bien, aunque era un poco ruidoso y no tenía mando a distancia para encenderlo y apagarlo.
El desayuno dejaba bastante que desear, especialmente para tratarse de un hotel de 4 estrellas. Quizá un poco escaso, con poca variedad de tanto de dulce como de salado. Además, la mayoría de las veces había que pedir que repusieran las cosas porque no estaban los camareros muy atentos y además tampoco limpiaban las mesas de los desayunos anteriores.
En resumen, a pesar de todo, la experiencia es positiva, porque en una ciudad como Florencia en la que todos los recorridos se hacen caminando, lo mejor es tener un hotel tan bien situado, así que incluso se puede ir a descansar a mediodía para continuar después de comer "turisteando".