El hotel está bien ubicado, a 10 minutos el metro, a unos 25 minutos andando por los terribles adoquines hasta el famoso reloj, o con los tranvías
Esta limpio, el desayuno bufett es bastante completo, relación calidad-precio correcta...pero lo malo como en la mayor parte de Praga, el carácter cerrado, soso o poco comunicativo de la gente de allí.