Hotel ubicado en el centro histórico de la ciudad, en el día permite estar a pasos de mercado, puerto, plazas, Teatro Solís, entre otros.
El personal muy amable y atento, disponible a prestar orientación y asistencia.
En mi habitación, destacaba la limpieza, un balcón con linda vista y lo necesario para tener una buena estadía. Lo único incómodo fue el picaporte del baño, la puerta se abría constantemente.
Me dió la sensación que por las noches es preferible caminar en grupo o andar en taxi por los alrededores.