El Restaurante del hotel está cerrado y no volverá a abrir debido a falta de personal según recepción. El desayuno es pobre, se reduce a dos panecillos y un platito con una loncha de embutido variado, o incluso media loncha, en total 3 y 2 de queso, mantequilla y un poco de mermelada individual y lo típico de cafe o te. Si que te ofrecen hacerte unos huevos revueltos o plancha. La habitación estaba y se mantiene caliente, es amplia, pero estancada en los 90.
La cama necesita un cambio de colchón urgente, se hace difícil descansar. El WiFi en las habitaciones no funcionaba y como favor, te habilitan una mesa en el comedor, como favor especial, si insistes que necesitas trabajar.
Todo muy limpio y el personal muy amable y servicial.