El hotel por fuera es agradable, rodeado de campos, y la recepción y comedor son bastante bonitos, con una terraza cerrada muy agradable también, pero en la que entraba bastante frio para desayunar plácidamente. En las habitaciones es donde se nota que el hotel tiene algunos años y no está muy cuidado. Las puertas estaban marcadas de golpes, la cama tenia el colchón demasiado blando, el lavabo tenia el cierre atascado y nos tuvieron que cambiar de cuarto, la puerta no tenia manecilla interna y sin llave no podias salir. Por otro lado, el desayuno no era nada del otro mundo, con falta de variedad y muy poca repostería .El servicio muy lento pues no reponían con la celeridad necesaria...En general, un hotel muy muy muy normal y a mas de media hora del centro de Múnich pero realmente a 10-15 min del aeropuerto.