El hotel es precioso, un antiguo palacio rehabilitado, muy acogedor y donde se siente la historia que aquí se vivió (muy recomendable leer su descripción, te la dan en recepción). La habitación es muy agradable, con unos techos preciosos, y vistas al jardín y a las colinas maravillosas. El baño está muy bien con todos los detalles. Te ofrecen gratuitamente un desayuno. Tienen ascensor, algo que no es frecuente en este tipo de hoteles antiguos. El personal es muy agradable, teniamos un pequeño problema y nos ayudaron en todo lo que pudierln. En resumen, cuando vuelva a Siena, nos alojaremos aquí sin dudarlo.