El alojamiento está bien ubicado en el barrio de Recoleta y la suite estaba bien equipada. Sin embargo, está MUY MAL ADMINISTRADO y sufrimos con nuestros niños la ABSOLUTA FALTA DE MÍNIMO SERVICIO. Hay 2 empleadas amables que atienden en horarios limitados en el lugar, pero en general, no hay personal que asista a los huéspedes, tardan días en responder consultas y en emergencias NADIE está para ayudar.
Hasta el último momento del 1er día del check in, un miércoles que por censo nacional todos los comercios estaban cerrados y no había adonde ir o donde esperar, nos tuvieron esperando en la calle con dos niños para confirmarnos que podíamos hacer el check in 1 hora antes. Durante los 2 días previos habíamos consultado, reiterado la consulta y esperado respuesta.
Lo peor: Tuvimos que dormir 1 noche entera con la puerta abierta porque el sistema de cerradura electrónica dejó de funcionar y se activaba la alarma al intentar cerrar la puerta. El “tótem” de seguridad nos dijo que no podía ayudarnos y nadie respondió nuestros mensajes y llamados por 12 horas. Tuvimos que poner un mueble para trabar la puerta y pasar la noche así.
Tampoco nos advirtieron (no lo publican en ningún lado) que el edificio está emplazado una discoteca. A partir del jueves a la noche es IMPOSIBLE DORMIR por ruido y vibración.
Además, pagamos en la tarifa servicio de limpieza diario, pero en 4 días de estadía, sólo limpiaron la habitación 1 vez, el 3er día, tras pedir insistentemente que cumplieran.