En la habitación se dañó la ducha y como no había personal de mantenimiento nos tocó cambiar de habitación. Al principio, no tendríamos problema, nos dieron un número de habitación y con el trajín de cambio de habitación estábamos esperando a fuera solamente a que nos entreguen la llave, sin embargo cuando vino la señorita se regresó corriendo y se demoró cerca de 30 minutos (nosotros para eso esperando en el hall con las molestas a medio abrir) regresó y dijo que casi nos abre la habitación en la que ya estaba ocupada. En fin, nos dio otra, pero sin aire acondicionado, con una vista terrible a lo que parecía eran alfombras viejas dobladas y olvidadas en un rincón. A su vez, la puerta no se cerraba si no se hacía una fuerza que despertaba a todos en la habitación. Las tuberías estaban tan viejas que tomaba unos 15 minutos en vaciar el agua, tanto de la ducha como del lavabo y para colmo. De la misma salieron cucarachas! Definitivamente el peor hotel en el que me he quedado.