La habitación más amplia de todo nuestro viaje a Japón. El personal de Recepción, destacando a Margaret, amable y resolutiva, fue de gran ayuda para reservar en un par de horas una ceremonia del té para el día siguiente.
En la última planta, vistas de la zona del Tokyo Skytree que al anochecer son espectaculares. Jazz en el hilo musical y esos días al menos tenían una degustacion gratuita de sake que te servias tu mismo, y permiten subir con tu cena y disfrutar de las vistas de forma relajada, ya que no había nadie. Nos permitieron dejar el equipaje todo el día, ya que nuestro vuelo salía por la noche. Si pasáis alguna noche en Tokyo comprobad la posibilidad de alojaros aquí. Muy recomendable!!!