Bien comunicado, con S-bahn directo al aeropuerto y con U-bahn al centro. La zona tiene servicios y aunque está algo retirada en mi caso era perfecto porque buscaba algo entre el centro y la oficina a la que tenía que acudir que estaba al nordeste. La habitación era fría, el aire acondicionado tardaba mucho rato en templarla (nunca en tener calor) y lo apagaban por la mañana, así que al volver por la noche estaba helada. No tiene radiadores. Tampoco hay una tetera para poderte preparar un café o un té caliente, y tampoco frigorífico en caso de que quieras mantener algo frío (aunque en mi caso no fue un problema). La tele no puede girarse, con lo que es imposible verla sentado en la mesa. Solamente se puede ver desde la cama. Hay wifi gratuíta, pero es bastante lenta. No inusable, pero lenta. El baño es funcional pero pequeño y no estaba especialmente limpio a mi llegada. Tienen el típico gel y shampoo dos en uno que te deja el pelo como si te hubiese caído un rayo. El desayuno está correcto y el personal es agradable. La habitación era tranquila. En definitiva, un sitio bien comunicado que cumple su misión, pero que podría mejorar muchísimo. En otros Ibis donde me he alojado he estado mucho más cómodo. En retrospectiva, creo que he pagado demasiado.