Es un edificio de 300 años, que fue una casa importante y solo se habitaba en verano actualmente. El propietario actual es un chico de unos 40 años, una gran persona que trabajaba de ingeniero informático en un Banco de Paris y ha decidido cambiar de vida. La está rehabilitando poco a poco según va disponiendo de recursos económicos y actualmente presta servicio como Albergue del Camino de Santiago. No hay grandes comodidades, pero si se puede disfrutar de su amabilidad y de su mesa. Se desvive por ser útil y que el visitante se lo pase bien. Habla inglés, español y francés.