Fueron varios detalles incómodos, llegando no sabíamos que teníamos que ir a la oficina por control y código, después había cucarachas muertas por doquier, no teníamos shampoo en regaderas, ni toallas suficientes, ningún empleado al pendiente para preguntar si se ofrecía algo, y para cerrar con broche de oro, el último día hubo que volver a la oficina para dejar control y verificar pago del 50% restante y cuál sorpresa que en realidad ya se habían cargado el total a lo tarjeta.