El hotel perfecto para una noche. Me gustó el desayuno exprés por 2,5€, te dan café y un bollo o tostada, para mí perfecto, ya que ni mi hija, ni yo somos de desayunar más.
La ubicación es para dormir de paso, a unos 10 minutos de Sélestat. En la ciudad no hay nada, a las 20:30 estaba todo cerrado y un solo restaurante abierto.
Lo único negativo, la mala señalización para entrar con el coche, tienes que fijarte mucho porque se entra prácticamente subiéndose con el coche a la acera por el carril bici.