El hotel está perfectamente ubicado, puedes recorrer las zonas turísticas de Seattle a pie, mientras dejas tu carro estacionado y sin batallar por el tráfico ni estacionamientos.
Lo que no me gustó es que prácticamente no hay wifi, aunque te dan una clave de internet, la realidad es que no funciona.
La comida es congelada , huevos , burritos , sándwiches son congelados , hay leche, cereal , fruta, pan , waffles , café , todo depende del gusto de cada quien.
Las camas son cómodas , todo muy limpio, aunque las amenidades son muy pequeñas, como el shampoo, el jabón es tamaño miniatura.