El hotel está recién remodelado, lo cual es un plus. Pero el personal está dividido en muy malos (pésima actitud o totalmente indiferentes) o muy buenos, lo que quieren hacer bien su trabajo. Con uno que te toque malo, la experiencia cambian sobre todo si es una estancia larga, como la mía. Los cuartos son muy pequeños, todo está muy justito, no recibes ese pequeño extra que lo cambia todo, al contrario, hay que pedir. Llevo 10 años yendo a Sevilla cada año, por el precio que pagué no lo recomiendo, hay del mismo precio con muchas mejores amenidades pero sobre todo con personal extraordinario. Eso sí, la ubicación es inigualable, a pasos de la estación del metro te ahorras un buen dinero en taxis para ir al centro y Nervión lo tiene todo.