Las 10 mejores cosas que hacer en Agadir

La playa de Agadir, también conocida como Plage d'Agadir, es un bonito tramo de costa que seduce con prístinas arenas doradas y aguas cristalinas. Con unos 12 km de longitud, ofrece mucho espacio para tomar el sol, pasear y realizar actividades acuáticas. 

Su pintoresco entorno no solo es visualmente atractivo, sino también ideal para familias y aficionados a los deportes, gracias a la protección de la bahía. Al borde de la playa de Agadir, te espera un paseo de restaurantes, cafés y bares donde podrás probar la gastronomía marroquí o saborear una bebida refrescante mientras contemplas las vistas.

El paseo marítimo de Agadir es un bonito sendero costero que se extiende por la pintoresca playa de la ciudad. Se trata de una zona animada que ofrece vistas espectaculares del Atlántico e invita a caminar sin prisas junto a palmeras, cafés y restaurantes. Desde aquí podrás contemplar la puesta de sol, disfrutar de la brisa marina o relajarte en un banco con vistas al océano.

Además, el paseo está próximo a distintas atracciones, como el puerto deportivo de Agadir. Desde aquí, puedes embarcarte en excursiones por mar o explorar la zona portuaria. Tanto si buscas tranquilidad como una animada salida nocturna, el paseo marítimo de Agadir resume el encanto y la belleza del paisaje costero local.

El zoco El Had es un bullicioso mercado en el corazón de Agadir que encarna el espíritu de la cultura marroquí. Es uno de los más grandes de Marruecos y ofrece un festival de colores, sonidos y olores en el que sumergirse. Si quieres vivir la experiencia más auténtica, no olvides regatear los precios mientras recorres las laberínticas callejuelas y los más de 6000 puestos. 

Comprobarás que se vende de todo: especias, tejidos, artesanía, productos frescos, pescado y delicias tradicionales. Tanto si lo visitas para conocer la cultura local, comprar recuerdos o inspirarte para preparar platos exquisitos, El Had es una parada imprescindible en cualquier viaje a Agadir.

Agadir Oufella, también conocida como las ruinas de la Casba, está encaramada sobre una colina que domina Agadir y ofrece una fascinante visión de su pasado. Construida en 1540 para defender la ciudad de los portugueses, esta antigua fortaleza quedó destruida por un terremoto en 1960. Sin embargo, sus restos aún desprenden un encanto místico y ofrecen bellas vistas.

Para acceder a Agadir Oufella, tienes varias opciones. Puedes ir en coche, emprender una pintoresca caminata de 30 o 40 minutos, o subir al nuevo teleférico, que te lleva a la cima en cinco minutos y regala vistas inolvidables. Una vez que llegues a la cima, tómate tu tiempo y deja volar la imaginación.

La medina de Agadir, construida en 1992 por un arquitecto marroquí-italiano, es una extraordinaria mezcla de ciudad y museo que capta el encanto del pasado. A solo 20 minutos en coche al sur de Agadir, podrás sumergirte en esta auténtica medina marroquí y admirar la intemporal arquitectura bereber. 

Pasea por las callejuelas con estructuras de terracota e intrincados portales, y explora los distintos talleres, donde los artesanos crean cerámica, tejidos y trabajos en madera. Después, puedes disfrutar de los sabores locales en los restaurantes y cafés, o de una actuación en directo en uno de sus patios.

El Palacio Real de Agadir es una estructura fascinante que refleja el rico patrimonio cultural del país. Este magnífico palacio, con su grandeza y opulencia, es un testimonio del legado real de Marruecos. Hoy sirve de residencia real y está cerrado al público, pero es famoso por sus exuberantes jardines. 

Su bella fachada está adornada con motivos geométricos tradicionales y detalles ornamentados. Después de contemplarla, quizá quieras explorar el exuberante verdor del oasis mediterráneo de los jardines. Este espacio es un rincón perfecto para dar paseos, hacer pícnics o disfrutar de momentos de paz.

En el ambiente cálido y lleno de vapor de un hammam marroquí, el relax llega casi de inmediato. Entrégate a este ritual sagrado de limpieza y experimentarás una parte importante de la cultura local. Este ritual comienza con una limpieza a fondo, mientras exfolian tu cuerpo con suavidad y le aplican jabones marroquíes perfumados. 

Los movimientos rítmicos y los masajes relajantes miman el cuerpo y disuelven la tensión. El aire se llena de los aromas de los aceites esenciales, que potencian el viaje sensorial. Para una lujosa experiencia de hammam, visita Argan Palace, donde podrás disfrutar de un hammam privado seguido de un relajante masaje.

El Museo de la Cultura Amazigh es un cautivador testimonio del rico patrimonio y las tradiciones del pueblo amazigh, o bereber. Sus exposiciones ofrecen una visión fascinante de la historia, el arte, la lengua y la vida cotidiana de esta comunidad indígena. 

Desde exquisitos tejidos y joyas hasta piezas antiguas e instrumentos musicales, cada muestra refleja la profundidad y diversidad de la cultura amazigh. Sumérgete en las historias y costumbres de esta antigua civilización, y aprende sobre sus prácticas agrícolas, creencias espirituales y estructuras sociales. El museo desempeña un papel vital en la conservación y promoción de la identidad amazigh. Una visita es un auténtico viaje al corazón de una cultura antigua y resiliente.

Taghazout es una coqueta ciudad surfera situada en la costa, a unos 20 km al sur de Agadir. Es popular por sus excelentes rompientes, sus olas suaves y su fondo arenoso, que atraen a surfistas de todo el mundo. 

La localidad es el destino ideal para que los principiantes aprendan y los surfistas intermedios mejoren sus habilidades. Más allá de su popularidad entre los surfistas, Taghazout es un pueblo acogedor con un estilo de vida costero. Puedes visitarlo en una excursión de un día desde Agadir para darte un baño, tomar el sol, relajarte con un libro, probar la cocina local o dejándote llevar por el sonido de las olas.

Paradise Valley, a 58 km de Agadir, es un lugar de fácil acceso que merece la pena visitar. Este oasis oculto en el valle del río Tamraght, en el Alto Atlas, es una joya de Marruecos. La serenidad del desfiladero supone un refugio del mundo exterior y del clima desértico, y te permite conectar con la naturaleza. 

Elige entre varias rutas de senderismo y recorre senderos sinuosos, pozas cristalinas, palmeras e imponentes acantilados. Quizá quieras darte un chapuzón y escapar del calor con las formaciones rocosas como bonito telón de fondo. Podrás relajarte junto a prístinas pozas y dejar que el valle te rejuvenezca el cuerpo, la mente y el alma.