Los 10 mejores destinos de verano en y cerca de España

Mallorca es, sin lugar a dudas, sinónimo de verano, vacaciones y buen tiempo. Es uno de los destinos favoritos a la hora de buscar una escapadita al mar, ¡lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que por toda la isla se despliegan más de 200 playas!

Pero queremos ir un paso más allá, porque esta tierra es mucho más que solo costa. Y si no, que se lo digan a los lugareños. Los pueblos que alberga este paraíso te transportarán a otra época: desde Bañalbufar, Valldemosa y Deyá hasta Fornalutx, reconocido oficialmente como el pueblo más bonito de Mallorca. Aprovecha para visitarlos y déjate enamorar por su encanto.

La Costa del Sol, ese paraíso al alcance de todos que te regalará las vacaciones que cualquiera soñaría. Desde la costa de Granada, pasando por la de Málaga y llegando hasta Cádiz, ¡la amplia extensión que abarca te ofrece muchísimas posibilidades! Libera adrenalina en los parques de ocio, como Tivoli World, o en parques acuáticos, como Aqualand Torremolinos.

Después de la aventura, relájate en uno de los clubes de playa tan característicos de Marbella, o incluso aprovecha para irte de compras por las boutiques de lujo de Puerto Banús. Y, hagas lo que hagas, ni se te ocurra irte sin probar los espetos, ¡guinda del pastel de esta zona!

Ya imaginamos que, si pones rumbo a Gran Canaria para unas vacaciones veraniegas, uno de los reclamos que vas a querer pisar son sus playas. Por eso mismo, te indicamos algunas de las más destacadas, como la playa del Inglés, la de Anfi del Mar o la de Güi Güi. Otra que no puedes perderte bajo ningún concepto es la de Maspalomas, cuyo telón de fondo está compuesto por una enorme extensión de dunas que te llevará a pensar que estás en el mismísimo Sáhara.

Si eres de esas personas a las que les encanta el agua pero no tanto la arena, Gran Canaria también tiene opciones para ti, como, por ejemplo, las Salinas de Agaete: tres piscinas naturales de agua salada y rodeadas de rocas en las que no solo puedes bañarte, sino también practicar esnórquel ¡y descubrir la vida marina de la isla!

Los riquezas que se esconden en Benidorm no solo se resumen en su clima y sus playas, sino que te desvelarán paisajes de ensueño y rinconcitos de lo más idílicos. Puedes empezar por una visita al mirador del castillo de Benidorm, fortaleza que fue bombardeada durante la guerra de la Independencia, pero del que se conserva este increíble balcón con una de las panorámicas más bellas del lugar.

Cuando hayas hecho sus correspondientes fotos, dirígete a alguno de los mercadillos que se despliegan por sus calles, como el del Pueblo, el de Foietes o el del Cisne, en los que te toparás con comida local e incluso con antigüedades. Y, si tienes tiempo, pásate por las Fuentes del Algar, a pocos kilómetros de la ciudad: ¡sus cascadas y desfiladeros te esperan junto a una exuberante vegetación que le dará a tu verano ese toque de naturaleza que tanto se merece!

A nuestros vecinos ibéricos no les faltan atractivos, y la región del Algarve es uno de esos que difícilmente se olvidan. Tuéstate al sol en las playas vírgenes de la isla de Tavira, surfea en la costa Vicentina o avista delfines en el antiguo pueblo de pescadores de Albufeira.

Si decides adentrarte un poco en la región, en la ciudad de Silves te maravillará el castillo árabe y la catedral; y, al oeste, se encuentra la sierra de Monchique, con el pico más alto de la zona, el pico de Fóia. Así que, ya sabes, cuando hayas tenido suficiente dosis de mar, disfruta de unas pocas rutas de senderismo.

La Costa Brava cuenta con no pocas maravillas, y una forma excelente de disfrutarla es a través de sus pueblos. En Roses, por ejemplo, el patrimonio histórico protagonizado por la fortaleza de la Ciudadela se funde con unas playas de toma pan y moja. Si continúas hasta la colorida población de Cadaqués, no solo podrás pasarte por la casa museo de Salvador Dalí, sino que tendrás la oportunidad de nadar en las aguas cristalinas de las calas del parque natural de Cabo de Creus.

Para rematar, Tossa de Mar es una visita imprescindible, y es que este pueblecito medieval es la última ciudad fortificada de la Costa Brava, es decir, ¡todo un espectáculo visual que no querrás perderte!

Cádiz, reina de las gentes hospitalarias, está considerada la ciudad más antigua de Europa, y las joyas que salpican sus calles son buena muestra de ello. Una visita obligada es su catedral, con una mezcla de estilos barroco y neoclásico, que culmina con la torre del Reloj, lugar desde el que podrás atisbar la belleza de la ciudad desde las alturas.

Eso sí, para miradores, la torre Tavira: a 45 metros sobre el nivel del mar, el paisaje que contemplarás desde su cima no tiene parangón. Y, si cuando la calor apriete optas por un chapuzón en la playa de la Caleta, no pierdas la oportunidad de visitar el castillo de Santa Catalina, fortaleza del siglo XVI que se adentra en el mar y en la que podrás conocer un pedacito de la historia de la urbe gaditana.

Galicia es tierra de tesoros, un paraje de una belleza sin igual. La naturaleza te acogerá con los brazos abiertos y pone a tu disposición enclaves espectaculares, como los cañones del Sil, donde podrás practicar senderismo, kayak o incluso pasear en barco por el río. La cascada de Ézaro también llama a visitarla en verano, y es que durante los sábados de junio a septiembre se celebra un espectáculo nocturno en el que podrás contemplarla totalmente iluminada.

Para alternar el color verde con el azul, dirígete a la costa da Morte. Aquí, las playas desiertas y los acantilados están rociados de cabos, como el de Finisterre. Además, las leyendas marcan sus aguas, tan inclementes con barcos y marineros en lo que una vez se creyó que era el fin del mundo. Sin duda, un enclave que merece la pena conocer en persona.

Tal vez tengas la impresión de que Andorra es un destino, principalmente, invernal. Pero no te equivoques: si bien durante los meses más fríos es una opción de lo más acertada, en verano tampoco se queda atrás. Las rutas y actividades de montaña que ofrece son casi infinitas. Así que, si te gusta la aventura, prepárate, ¡porque podrás elegir hasta entre 16 vías ferratas para todos los niveles!

El abanico de posibilidades es amplio, pero, por ayudarte un poco a elegir, te recomendamos el Cercle d'aigua, un itinerario de nivel un poco más avanzado pero que merece la pena: pon a prueba tu resistencia a la montaña al tiempo que conoces, nada más y nada menos, que los cinco lagos naturales del país.

Si nunca has estado en Lyon, los meses de verano son los favoritos para marcarte una visita, y no lo decimos nosotros, sino la gran cantidad de eventos que se celebran durante estas fechas. Uno de los más famosos es el de Las Noches de Fourvière. Sus representaciones tienen lugar en un teatro galorromano, y abarcan muchísimas disciplinas artísticas, desde la música y la danza hasta el circo o la ópera.

Otro festival muy destacado es la Bienal de Danza, que se alterna con la de Arte Contemporáneo; o el de las Noches Sonoras, en el que la música electrónica cobra vida en los rincones más insólitos de la ciudad, como museos, teatros ¡o incluso fábricas abandonadas!