Está muy bien situado para ver la ciudad. Es muy difícil o imposible llegar con tu propio coche, pues el tráfico es intenso y caótico (coches, patinetes, peatones, tranvia, ...) Mejor aparcar en un parking cercano, nosotros lo hicimos entre el puerto viejo y el hotel.
La habitación era sencilla, cama cómoda, almohadas de pluma que dan mucho calor y pedimos que nos quitaran el edredon y pusieran una simple sábana, pues en agosto sobra.
Comparado con España, los hoteles en Francia se limitan a poner unas lejas y unas perchas y a eso le llaman armario. En otro hotel que estuvimos el concepto armario era el mismo.
El desayuno muy bien y variado.