Sin duda, no voy a repetir en ningún hotel de esta cadena.
El recepcionista, muy desagradable y con un aire de superioridad como no he visto jamás.
La habitación 124 olía fatal. No dijimos nada porque estaba completo, pero el olor era insoportable.
Dejamos la ventana abierta durante toda la estancia, pero aún así, no desapareció el olor tan desagradable que había.
Teníamos pensado desayunar allí, pero se nos quitaron las ganas porque teníamos el estomago revuelto.
Es sin duda el hotel más desagradable en el que he estado JAMÁS.