El hotel es súper típico decorado, el suelo lleno de alfombras y un precioso y típico patio trasero donde se desayuna estupendamente bien.
El personal es amabilísimo, siempre velando por ti.Hablan todo español menos un chico que no lo domina del todo.
En cuanto a la limpieza...el baño pasa la prueba y la cama en si también, solo las alfombras de la habitación podrían ser aspiradas de vez en cuando y el cabecero de la cama es de tela...por lo cual muchas cabezas han descansado allí.
Las habitaciones son grandes y fresquitas, la zona también es relativamente céntrica, se puede ir dando un paseo a todos los lugares turísticos.