La primera impresión, pase 7 minutos frente a la joven que me atendió en la recepción antes de que me hiciera una señal de haberme visto, con cara de no gustarle su trabajo, me entregó un papel donde había una clave para entrar al edificio de al lado que es donde están las habitaciones, al llegar al piso de la habitación habían jóvenes sin camisa y sin zapatos deambulando por el pasillo, entro a la habitación y había un cajón de madera con un colchón haciendo de cama, un cajón con un gancho colgado haciendo de closet, una tabla haciendo de escritorio y un cable con un bombillo detrás de la cama haciendo de lampara. El baño si era nuevo, adecuado a la función pero el papel higiénico en un expedidor de hojas individuales como servilletas al estilo europeo de las años 70, soy un viajero frecuente y creo que es el peor lugar de alojamiento donde he estado, además el precio me pareció grosero para el servicio que brinda como alojamiento, ese tipo de alojamiento está acabando con el concepto de que el turismo es diversión y esparcimiento.