La situación, la modernidad del ambiente y decoración, el estado del mobiliario e instalaciones son muy buenas. El desayuno es bueno pero con poca variedad, sobre todo en fiambres y dulces. El personal amable, aunque no habla español. Faltan detalles para convertirlo en fantástico, como en la reposición de los artículos de aseo, la situación de los espejos en el cuarto de baño, la señal wifi en la habitación, el ropero demasiado pequeño para una estancia de una semana y algún metro más en las habitaciones (me alojé en la 102) y espacio dedicado al desayuno y salita de estar.