La ubicación es buena sin ser magnífica por las cuestas que hay que superar a diario pero es que en la zona hay pocas opciones buenas. La zona es super tranquila.
Lo más deficiente el baño, que tenía un lavabo muy pequeño y un grifo que se movía hacia donde quería. Te dejan una cantidad importante de amenities.
Lo que menos me gustó, el desayuno, demasiado turco para mi gusto, pero creo que eso es un mal endémico de la zona.
El wifi funciona de maravilla y el aire acondicionado va perfecto.
Las camas son inmensas, aunque un poco duras para mi gusto, pero se desacansa.
Tienes una habitación con dos sofás, armarios varios, cafés y tés para hacerte en la habitación, agua gratis, en fin nada que reprochar.
Serviciales absolutamente, nos dejaron una istambulcard para movernos por tranvía, realizaron reservas para nosotros, nos llamaron taxis en varias ocasiones y siempre te reciben con una sonrisa.
Una pena que no hablen español, sino seguro que sería sublime.
El más agradable el asistente que se queda por las noches y los fines de semana.
Por último y no menos importante te recogen en el aeropuerto de forma gratuita aunque no reserves con su página web. Te reciben cordialmente con una bebida mientras hacen el check in.