Estupendo hotel. Instalaciones limpias, eficaz y amable personal de limpieza de habitaciones.
Buen servicio de bufet en el comedor, aunque precios algo elevados para las bebidas (el agua en comidas/cenas, que no están incluidas en la pensión completa, o el café en la barra de la piscina, al doble de precio de lo normal).
En los aspectos negativos, lo peor no es achacable al hotel, sino al poco civismo de la gente y que es algo común en todos los hoteles: gritar en los pasillos en horas de descanso; poner su música en altavoces propios en las zonas de la piscina, obligando a los que están alrededor a "disfrutar" de su ruido mezclándose la música de 3 o 4 altavoces y/o móviles con el hilo musical del hotel... No estaría de más que pusieran algún cartel invitando a limitar el ruido.
La situación del hotel justo frente a la playa que no ha estado masificada en ningún momento.
Sin duda una buena opción para repetir.